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CÓMO PREPARARSE PARA ENFRENTAR UN AÑO COMPLEJO
Todo indica que Chile enfrentará un escenario recesivo en 2023, el cual no estará exento de dificultades. Pero, no hay porqué naufragar al navegar en aguas turbulentas si la cadena de suministro logra ser más resiliente, visible y productiva.
Las proyecciones 2023 no pintan bien para ninguna industria, pues, se espera una fuerte recesión en toda la región y Chile tendrá que abrirse paso en medio de la tormenta. Según Ana María Vallina, académica de la Escuela de Negocios y Economía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), el próximo será un año complejo para nuestro país, debido a la inflación y el gran aumento de masa monetaria que generaron los retiros de los fondos previsionales y las ayudas estatales.
A lo anterior, se suma la contracción de la oferta agregada por los efectos de la crisis. “Pero, de ahí en adelante, con las medidas que se están tomando a nivel del Banco Central y de política fiscal, los próximos años deberían ir mejorando las condiciones económicas. Además, una vez que se legisle la reforma previsional y tributaria, la incertidumbre disminuirá en nuestra economía, lo que también podría contribuir a tener mejores condiciones”, comenta la especialista en comercio internacional de la PUCV.
Sin embargo, las proyecciones económicas prevén que la recesión podría ser más dura para Chile que para otros países de la región. “Aunque el Banco Central de Chile proyecte que la inflación al final de 2022 cerraría en 12% -con la meta de bajarla hasta 3% a finales de 2023- el FMI prevé que estaría en torno de 8,7%. Eso asociado a una caída en el PIB chileno de 1% en 2023, ante una proyección de crecimiento de 3,5% en promedio para América Latina”, detalla Roberta Miyazaki, socia adjunta de Consultoría de Supply Chain de EY.
Con todos los nubarrones que provocaron las presiones inflacionarias, como los retiros desde las cuentas de AFP, los bonos del Gobierno y las importaciones que elevaron el déficit de cuenta corriente, será imposible no mojarse, aunque sea un poco. “Hay que prepararse para ver los primeros efectos de la recesión entre febrero y marzo. Incluso creo que vamos a empezar a vislumbrar cambios en la tendencia del mercado laboral”, asegura el especialista contable y tributario Cristián Montero, socio fundador de Adactiva.
Sin embargo, como el viejo refrán dice que “al mal tiempo, buena cara”, no queda más que organizarse y ordenarse, “sobre todo en el tema de los inventarios críticos”, dice Cristián Montero. De hecho, la industria del retail ya disminuyó la compra de inventario, entre 25% y 30%, para diciembre de este año, según lo que han podido ver los analistas de Adactiva.
Si bien, a nivel mundial hay una tendencia a la “normalización” en la logística internacional, no hay que desconocer el importante impacto que las condiciones económicas generan en el contexto chileno. “Para enfrentar la recesión las empresas deberán seguir con su agenda de construir una cadena de suministro cada vez más resiliente, enfocándose en aumentar la visibilidad y la eficiencia a lo largo de toda la cadena, para tomar mejores decisiones. Y en ese contexto, la digitalización seguirá siendo imperativa”, señala Roberta Miyazaki.
Qué pasará con el ecommerce
En materia de infraestructura logística, el próximo año se prevé el lanzamiento de licitaciones para 13 contratos de concesiones en Chile, por un valor aproximado de US$3,9 mil millones, monto que se destinará a proyectos de movilidad como teleféricos, autopistas y aeropuertos, entre otros. “No hay fechas definidas todavía, pero es una intención declarada por el Ministerio de Obras Públicas. Eso representaría un escenario favorable para el e-commerce que debiera seguir creciendo, independientemente de la recesión económica proyectada para 2023, pues el consumidor muestra la tendencia a seguir aumentando sus compras vía online”, comenta la socia adjunta de Consultoría de Supply Chain de EY.
Sin ir más lejos, la última edición del estudio EY “Future Consumer Index” reveló que el 47% de los consumidores chilenos prefiere esa modalidad antes que ir a una tienda física. “Este año el gigante Mercado Libre duplicó su espacio físico y capacidad operacional para atender el fuerte crecimiento que ha tenido en los últimos años y esa tendencia sigue para 2023. Además, está la expectativa de que Amazon finalmente llegue al país, lo que seguramente tendrá un importante impacto en el sector de retail y ese canal”, añade Roberta Miyazaki.
De todos modos, como las nubes grises son infranqueables, Cristián Montero socio fundador de Adactiva, recomienda agregar tecnología al proceso contable y aprovechar la franquicia tributaria. “Los inventarios son costo y el costo no tiene porqué dejarse para el minuto de la venta. Todo lo que quedó en inventario puede llevarse a gasto para rebajar los impuestos”, dice.
En tanto, Ana María Vallina, académica de la Escuela de Negocios y Economía de la PUCV, afirma que, aunque el ecommerce llegó para quedarse, su tasa de crecimiento podría estancarse a medida que aumenta lo presencial. “El éxito de su desarrollo depende mucho de que la logística avance en la última milla, pero también de que el consumidor tenga un buen servicio postventa y que lo que se ofrece en los catálogos digitales sea acorde con la realidad”, comenta.
En cuanto a la logística internacional, la especialista en comercio exterior cree que los niveles de precios aún están relativamente altos y que es poco probable que vuelvan a los niveles prepandemia. Sin embargo, los precios podrían mejorar hacia 2024 o 2025.
“Para Chile probablemente los costos logísticos subirán por el gran puerto que se está construyendo en Perú. Las llegadas directas deberán disminuir. Si, además, se construyen los trenes que harán realidad los corredores bioceánicos a través de Perú, vamos a ser menos competitivos. Pero, todos los proyectos de corredores bioceánicos por Chile que llevan décadas esperando, nunca se han concretado. Hay que ver los adelantos y adecuarnos a dicha situación cuando se concrete o ver posibles alternativas por Chile, no exclusivamente por la zona central”, sostiene Ana María Vallina.
En este contexto, la académica recuerda que el comercio internacional se ha ido ralentizando por la pandemia, por el conflicto ruso con Ucrania, pero también porque la perspectiva geopolítica ha cambiado. Incluso, podríamos ver algunas características propias del proteccionismo en países avanzados; o que a las economías emergentes se les obligue a escoger entre uno u otro bloque: Estados Unidos o Europa v/s China y asociados.
“A las empresas les recomendaría recordar que tenemos una serie de tratados de libre comercio que nos protegen, que se acerquen a ProChile para ver si hay facilidades para el ecommerce; aprovechar las herramientas de innovación y emprendimiento estatales; junto con preocuparse de desarrollar proveedores nacionales; de innovar y capacitar a la fuerza de trabajo para ser más competitivos; e, incluso, abrirse a trabajar en forma colaborativa”, concluye investigadora de la Escuela de Negocios y Economía de la PUCV.
Calidad de servicio
Con todo, el próximo año el negocio logístico podría crecer en volumen. Esto, porque han surgido muchas inversiones que mejoraron la capacidad del servicio y las flotas, entre otros aspectos. “En general, en Chile, hubo una guerra muy fuerte de precios, donde muchos actores se la jugaron para ganar mercado, sacrificando márgenes, porque tenían el dinero suficiente para invertir o ‘quemar’. Sin embargo, hoy en día con toda esta crisis, varias de estas inversiones ahora se han cortado. Las empresas también están dejando la guerra de precios de lado, porque no pueden perder dinero en eso. Por lo tanto, para el año que viene el foco estará relacionado con la calidad del servicio y las compañías deben prepararse para eso”, comenta Mario Miranda, fundador y CEO de Ecomsur.
En este sentido, la fidelización de los clientes considerando los tiempos que corren y la competitividad deberá tener un rol protagónico. “Las marcas se han dado cuenta que, finalmente, lo que más conviene va más allá de un tema de precio, ya que también tiene relación con el consumidor final y su correcta fidelización”, indica el ejecutivo.
Al hablar de calidad de servicio en el mundo logístico, muchos nos ponemos a pensar en la “última milla”. En este contexto, Mario Miranda hace referencia a todo lo relacionado con “intrabodega”; a los sistemas para mantener un stock cuadrado para predecir quiebres; y a los ingresos más rápidos, entre otros. “En la última milla, se tiene todo lo que es trazabilidad, mantener al cliente informado en todo momento, integraciones con distintos sistemas, ya sea para avisar de algún posible error o demora, e integración con sistemas de CX o SAC, para que cuando un cliente llame tenga la información en línea o se pueda auto atender”, detalla el CEO de Ecomsur.
En cuanto a la logística inversa, todo apuntará a facilitarle la vida al usuario cuando quiere hacer un cambio o una devolución, lo que implica también reagendar cuando no se encuentra en la casa. “Esas notificaciones de trazabilidad en línea hacen que los consumidores puedan tomar decisiones más rápidas”, explica Mario Miranda.
Cinco tips para mejorar el desempeño
En Beetrack – DispatchTrack comparten cinco recomendaciones que pueden ayudar a mejorar el desempeño en la industria logística:
1.Capacitar a los transportistas. Es clave reunir al equipo de transportistas con antelación y capacitarlos para responder a las necesidades de entrega en cortos períodos.
2.Visibilizar el estado de los pedidos. Para el negocio es esencial reducir la incertidumbre de los clientes. ¿Cómo hacerlo? Indicándoles dónde está lo que compraron y cuándo lo van a recibir.
3.Monitorear las entregas. El monitoreo de la última milla permite resolver problemas de manera proactiva y hacer mucho más eficiente la experiencia de entrega para el cliente.
4.Planificar las rutas antes de salir de los centros de distribución. En la última milla se juega la reputación de una empresa, pues allí se define si logra una entrega exitosa o si fallará en el intento.
5.Medir la satisfacción de los clientes. Es fundamental que la empresa cumpla con la promesa de entregar sus productos en la fecha comprometida, pues, es uno de los factores que los consumidores consideran cuando evalúan.